Me esperé. Me esperé tanto tiempo y, como no llegué, me fuí. Me fuí quién sabe adonde. Me fuí talves a la caja donde van a parar los billetes. O quisá fuí donde el miedo víve. Y al sentarme junto a el y verlo tán comodo, decidí vivir sin decir nada. Comodo y solitario entre cuatro paredes.
Me esperé. Me esperé y no hice nada para llegar a tiempo. Ella sabe que me me perdí. Aunque quisá no sepa que me esperé, que no llegué a tiempo. Y que cuando lo hice ya era tarde. Tarde para que me amara, tarde para que me abrace. Solo tarde.
